Esteban y Enrique, dos escritores que presumen de Valladolid en sus libros

Ambos vallisoletanos conceden una entrevista a Tribuna Valladolid con motivo del Día Internacional de los Escritores

 Con motivo del Día Internacional de los Escritores, TRIBUNA entrevista a Esteban Pérez Sánchez y a Enrique Hernández Campos, dos autores vallisoletanos con varias obras inspiradas en la ciudad.

Esteban Pérez Sánchez desarrolla su obra dentro de la poesía, la narrativa y la pintura. En los años noventa, creó y dirigió en Valladolid la revista literaria ‘Torozos’ y el Grupo Poético del mismo nombre. Tiene publicados varios libros de poesía como ‘A quien lo quiera’, una recopilación de poemas de su adolescencia, o ‘El otoño de mis manos’.

Esteban intenta tener un ámbito creativo propio y sus novelas están llenas de un ambiente poético. Para él la narrativa es un «viaje al exterior» de su mundo y la poesía es «un viaje al interior propio» y de quien lo lea.

A Enrique Hernández Campos sus padres le inculcaron desde pequeño «el amor por los libros«, por la lectura, por «una buena historia». Lo más normal en su hogar era compartir los ratos libres leyendo y comentando esas lecturas. «Nuestra casa parecía una pequeña biblioteca y ya se nos quedaba pequeña de la cantidad de libros que había». Algo que su familia le repitió al emanciparse fue que un día los libros le «echarían de casa».

La obra más importante de la carrera literaria de Enrique es ‘Sangre Nazarena y otros relatos inesperados’, un libro de relatos juveniles, «en los que priman la sorpresa y los desenlaces inesperados». Abarca varias temáticas: leyendas, aventuras, amor, historia, drama, humor o mitología, «para que el joven (y no tan joven) lector encuentre su lectura ideal de la que no poder separarse». A través de un lenguaje sencillo y cercano, el escritor busca «la complicidad de todo aquel que se aventura a sumergirse en cada nueva y sorprendente propuesta».

Valladolid en sus obras

Esteban y Enrique son vallisoletanos de pura cepa. Aunque el primero de ellos «huyó» al Mediterráneo hace más de diez años, Valladolid es su «raíz», pues es donde tiene a su familia, amigos, o referencias de su infancia como «La Esgueva» o el barrio de las Batallas, donde se crió. En varias de sus novelas está presente el Campo Grande, la niebla, el frío de los inviernos en Valladolid… «No puedo evitar referencias a lo que amé y aún amo».

José Enrique «ama» Valladolid, y se precia de ser embajador de su ciudad allá donde va, pues ha nacido, se ha criado y vive en esta «maravillosa» ciudad. El escritor disfruta paseando por sus calles, «sobre todo por las del centro y casco antiguo», y en más de una ocasión estos paseos le han inspirado obras.

«Valladolid es un escenario increíble para hacer surgir de tu imaginación las más bellas y sorprendentes historias», asegura. Los primeros relatos que escribió están ambientados en Valladolid. «Tenemos un pasado histórico muy rico, y uno de mis objetivos es darlo a conocer, a través de mis relatos, a los jóvenes lectores de nuestra ciudad. El Campo Grande, el Palacio Real, las iglesias de la Antigua, Vera-Cruz, o Nazareno, la Plaza Mayor… Todos ellos escenarios cercanos que, tras leer esos relatos, mirarán de otra forma, y les ayudará a amar un poco más a nuestra Pucela», presume.

Ambos escritores sienten admiración por Miguel Delibes. Para Enrique, se trata de un «referente inevitable para cualquier vallisoletano que quiera llamarse escritor». Hernández tuvo la «suerte» de cruzarse con él varias veces por el Campo Grande y detalla que su presencia «imponía, pero no asustaba». «Delibes es Valladolid y Valladolid es Delibes, y uno siempre aspira, desde la distancia infinita, a que se te pegue algo del gran maestro», concluye.

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